La radio se instala como una estrategia de intervención para atemperar los daños que produce la reclusión, brindando herramientas comunicacionales y por sobre todo reconociendo los derechos de las mujeres, que se encuentran privadas de su libertad en el Penal N°5 de la ciudad de Rosario, Argentina, a la expresión sin reparo.
La cárcel es un lugar inaccesible para la sociedad. El imaginario social construye sobre ella y sus habitantes mitos que sólo pueden derribarse cuando la voz de las internas salta muros y llega a la comunidad, para poder desarraigar los estereotipos y los prejuicios, mostrándose así, ante los oyentes, con toda su humanidad.
Tener un espacio para informar y comunicar requiere de un tiempo de reflexión, debate y análisis que puede representar una oportunidad más de trabajo en la búsqueda de posibles caminos de mejora en la vida individual y social de las personas que en algún momento pasan por el sistema penitenciario.