Es necesario y urgente un cambio en el sistema educativo y la calidad de la educación y formación que se da a la población. Se debe replantear el contenido y adaptarlo a la realidad y al contexto actual. La educación debe propender por el desarrollo de las aptitudes y competencias de las personas y cómo estos se adaptan a las necesidades reales del mundo. El sistema educativo actual es inoperante y no contribuye a ninguna solución real: el individuo no se descubre ni se desarrolla en consonancia con lo que le motiva y tampoco se educa para crear verdaderos cambios en el mundo. Es por esto que nuestra propuesta nace desde la familia y para la familia, pero con énfasis en cada individuo (sus intereses y capacidades propias) sin estándares ni mediciones. Más bien con énfasis en la metodología constructivista, el aprendizaje significativo y el fortalecimiento de la autonomía. Con este enfoque y el aprendizaje basado en proyectos, podemos hacer la diferencia en el mundo.